Anoche
me desperté sobresaltado. Lo más extraño de todo es que recordaba lo que había
estado soñando, cosa que no me suele pasar, pero que cuando pasa suele ser
bastante dadaísta a la par que apocalíptico. En este caso no iba a ser menos.
Me encontraba dando vueltas en un lugar indeterminado rodeado de gente
indeterminada, y por más que intentaba comunicarme me resultaba imposible
hacerlo, no lograba hacerme entender y la gente sin rostro me miraba con la
cara que se mira a un loco al que tienen miedo.
Así que
pronto las calles se vaciaron y yo intentaba guarecerme en un zaguán. Antes de eso
una mano vino a salvarme y me llevó con ella. Me puse a toser y sentí dolor en el pecho. Ella puso su mano sobre él y me alivió… los ojos se me agrandaron, el pecho se
me infló y yo intenté decirle que la quería…pero ella no lo entendió, y no contestó,
y se fue… mientras la veía marcharse una lágrima recorrió la distancia del ojo
a los labios y se quedó allí salando mi boca.
Deambulé
entre varias calles y al final me encontré de frente con el mar. Había en la playa un
sombrero descomunal que hacía las veces de barquilla. Y me eché a la mar con algo parecido a la ilusión y también mucho miedo. En cuanto me alejé de la costa mi estómago
empezó a jugarme una mala pasada y empecé a vomitar un torrente de letras sin poder parar,
sin contención, sin remedio.
Me
temblaba todo el cuerpo y estaba sin ropa, mientras una lluvia fina me calaba hasta
los huesos. Aún no he hecho interpretaciones, aunque voy a buscar respuestas a
este sueño a ver dónde me lleva…
Nunca
dejará de sorprenderme ese medio enigmático y traicionero que habita en los
reinos de Morfeo y del que salen muchas verdades sumergidas que merece la pena
poner sobre la mesa para evolucionar.
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