domingo, 5 de diciembre de 2021

La vuelta al mundo en Castellar

No se tienen muchas oportunidades de dar la vuelta al mundo dedicando tan poco tiempo. Sobre todo de una forma tan artística y con un proyecto tan bien ideado como el que ha traído a Castellar la asociación APADIS campo de Gibraltar, a través de su viaje cultural con Willy Fog. Y es que desde el jueves en el patio andaluz llevan esperando a los visitantes treinta figuras de metro ochenta, pintados por treinta artistas de renombre en su especialidad, algunos de ellos figuras públicas, con una variedad de intenciones plásticas pero todas con el mismo sentido artístico y social de conseguir visibilidad y posibilidades de fondos para continuar su labor de atención a personas discapacitadas.

¿Cuándo hemos tenido una posibilidad igual de ver una exposición de semejante envergadura? Con obras de reconocidos diseñadores de moda (Victorio&Lucchino, Agatha Ruiz de la Prada, Francis Montesinos), cantantes (Manolo García, Paloma San Basilio), actores (Ángel Garó, Salva Reina, Victor Clavijo) y por supuesto artistas plásticos de diversas especialidades y reconocimiento como grafiteros (Suso 33, Okuda, Niño de las Pinturas), dibujantes (Pedrita Parker, Jesús Barony), pintores de primera línea (consuelo Hernández, medalla de plata de la Academia francesa de las artes y las letras, Máximo Moreno, exponente plástico del flamenco de los 80 o Luis Pérez, uno de los más conocidos contemporáneamente en pintura hiperrrealista).

Cada obra con una infinidad de detalles, ideas, sorpresas formando todas juntas un auténtico espectáculo de color que sorprende tanto a niños como a mayores, a los que los lleva a recordar la famosa serie de televisión ambientada en la conocida novela de Julio Verne.

La exposición estará hasta el jueves de 17:00 a 19:30 por las tardes y es un auténtico pecado perdérsela.

imagen de la escultura interpretada por Okuda

domingo, 7 de noviembre de 2021

Lo que ocurre una tarde de frío y lluvia

 En 1816, durante un verano suizo donde la tormenta se adueñó durante días de la época estival, Lord Byron en su casa de campo incitó a sus invitados a una curiosa propuesta. Escribir una historia de terror. Entre sus invitados, el poeta Percy B. Shelley, John W. Polidori, Claire Clermont y la joven Mary Godwin, de cuyas manos nacería una de las obras más conocidas de la literatura y antesala de lo que sería la literatura de ciencia ficción, “Frankenstein; o el moderno Prometeo”.

Sería tan fructífera esta reunión que lo que parecía que sería un cuento se convirtió pronto en una novela alentada por todos sus compañeros. Aunque Mary no quiso publicarla con su nombre, su amante por entonces Percy B. Shelley escribió un prólogo a la obra por lo que todo el mundo editorial pensó que había sido escrita por él mismo.

Años después la propia Mary Shelley, ya esposa de Percy B. Shelley, reedita la novela tal y como ha llegado hasta nuestros días. Una novela que trata de forma general las cuestiones morales sobre la creación y la posibilidad de jugar a ser Dios, que tanto daban que hablar en la época y de una forma particular también habla sobre la capacidad humana para cumplir su voluntad o la eterna lucha sobre si es el destino es el que manda o existe posibilidad alguna de elegir nuestro camino.

Hasta nuestros días ha llegado el monstruo de Frankenstein en forma de innumerables versiones, ya sean literarias, fílmicas o dibujos animados. Es una criatura que ya pertenece a nuestro bestiario y que sin embargo muchas veces no se conoce realmente el origen que dio pie a esta historia. Sin duda alguna una novela necesaria para leer, ya que es la precursora de la ciencia ficción por sus ideas avanzadas sobre la vida y la inmortalidad, es la que hemos elegido para dar pie a nuestro comienzo en el Club de Lectura.

Así que ya sabes, si tienes curiosidad por saber que desgranamos de esta obra, y de otras muchas porque la única forma de alcanzar el conocimiento es leer, reflexionar y compartir, ya sabes que en el club de lectura estaremos encantados de hacerte un hueco.



“Ten cuidado; pues no conozco el miedo y soy, por tanto, poderoso.”

Frankenstein, o el moderno Prometeo

Mary Shelley

viernes, 15 de octubre de 2021

10 Razones para ir a un club de lectura

Parece que leer es cuestión de ocio, que lo es, pero conlleva otras muchas razones cognitivas que ayudan a sobrellevar la vida y son más importantes de lo que creemos. A lo largo de los años he ido atesorando libros con diferentes funciones, para diferentes personas y descubriendo como servían de herramientas para mejorar funciones básicas para el desarrollo personal como son la concentración, la imaginación, la memoria o la expresión verbal.

Estos son algunos de los ingredientes esenciales de por qué deberías acudir a un club de lectura:

1) Leer potencia la memoria. Para ello los mejores libros son las novelas históricas, que te sumergen en una ficción pero con un contexto lleno de fechas y referentes que te ayudan a ampliar tu conocimiento sobre un suceso histórico a la vez que vives una aventura épica contextualizada.

2) Amplia el vocabulario. Ni que decir tiene que mientras más lees mejor te comunicas. Tener un amplio repertorio verbal mejora tu comunicación y tu expresión. Hay libros que dada su complejidad lingüística te ayudan a mejorar la expresión.

3) Aporta seguridad. Cuando aumenta tu expresión ayuda a mejorar la seguridad al hablar en público, dota de más recursos de expresión y posibilidades de conversación. Son notorios aquellos libros que además te ayudan a profundizar en un tema que te interesa y por lo tanto te ofrece un discurso para hablar con seguridad y datos fehacientes sobre ello.

4) Ayuda a la reflexión. En un mundo donde todo va rápido y es para ya, a veces pararse a reflexionar ayuda a mejorar, lo primero tu visión del problema, y aumenta tu capacidad de resolución. El club invita constantemente a verbalizar nuestras reflexiones y escuchar las de otros.

5) Abre la mente. Cuando das tu opinión y recibes otra se crea un debate, esto es muy productivo para conseguir hablar y llegar a un consenso grupal desde posturas asertivas y aprender a esquivar el conflicto. Hay libros donde se muestran verdades tan evidentes y universales que ayudar a expandir la mente de tus propios límites.

6) Ayuda a la concentración. Mantener la mente sobre un libro no es fácil. Los problemas se nos cuelan entre las líneas, el teléfono suena, la gente nos interrumpe. Si somos capaces de abrir un libro, leer una página, cinco, o un capítulo, puede ser más beneficioso para nuestra cabeza que ver todos los días un capítulo de una serie.

7) Declara la guerra a las pantallas. Nos pasamos el día delante de una pantalla, en la oficina, en el móvil, hablando, actuando y luego nos tiramos delante de una nueva pantalla a regalarle al cerebro una acción pasiva donde nos lo dan todo hecho. Esto a veces puede ser más perjudicial que zambullirte en un mar de letras donde una voz, que tú imaginas, te va transportando por un escenario que tú imaginas y unos personajes que a los que tú serás el responsable de darles vida. 

8) Concilia el sueño. Toda la recreación lieararia mantiene a tu cerebro activo lo suficiente para que cuando el sueño vaya llegando ayude a conciliarlo. Un libro en la mesita de noche siempre ha sido el mejor instrumento para tener una buena higiene del sueño. Es verdad que hay libros que activan, eso es evidente, pero hay otros muchos que por su cadencia ayudan a ir bajando paulatinamente el ritmo. 

9) Nos permite conocernos mejor. Es curioso como diez, quince personas en un club de lectura encuentran motivos diferentes para abordar un mismo libro. Cuando vemos una serie, estamos observando el trabajo de muchas personas, desde los actores a los directores, demasiados estímulos. Pero leer un libro es ponernos delante de una sola persona que ha elaborado ese texto y nos habla. Puedes estar más de acuerdo o menos con él, puedes empatizar con sus personajes o no, pero si te identificas con lo que escribe liberas más emociones de las que puedes reconocer a través de otro medio, el medio es más íntimo.

10) La aventura de escribir. Tanto como leas, mejor serás escribiendo. Además escribir es la forma de dejar la huella de nuestro pensamiento en este mundo. Las palabras se las lleva el viento, lo que se escribe permanece, lo que nos provoca en cierto modo mucha más responsabilidad al principio pero a la larga también muchísima más satisfacción.

En un club de lectura se trabajan estas y más cosas, desde un amor por los libros, desde una mirada reflexiva y por supuesto desde la curiosidad de conocer nuevos mundos, nuevas historias y encontrando en ello muchas más satisfacciones que muchos otros tipos de hábitos. Obviamente sentarse delante de un libro no va a suponer que eso nos depare de una sola vez todo lo que propongo en este decálogo. pero lo que si es cierto es que un buen facilitador te va a dar las claves de que tipos de libro necesitas para mejorar cualquiera de estas habilidades y ,seamos honestos, ¿Quién no quiere mejorar cualquiera de ellas? El coste es bajo en comparación a los beneficios permanentes que puedes conseguir con ello.

¡Anímate y participa! ¡Súmate y lee, escribe, comparte!




sábado, 28 de agosto de 2021

Buscando el infinito

 

Hay gente a la que de una sola mirada se lee como un libro abierto y libros que nunca terminan de leerse. En cuanto a lo primero nunca deja de sorprenderme encontrar a alguien nuevo, alguien lejano que de pronto entra como una ola en tu mente, mueve, cuenta y dispone más allá del tiempo y de la distancia. Hay gente que son almas viejas, que ya se encontraron de alguna otra forma contigo antes y se tomaron el oportuno tiempo de saber quien eras y conocerte, solo de esa forma se explica cuando alguien termina tus frases o responde antes de que le preguntes. No termino de sorprenderme de este tipo de hallazgos afortunados.

En cuanto a lo segundo, libros que nunca terminan de leerse, acabo de adoptar el último remolino de aire que ha llegado a mis manos. Aunque tenía un ojo puesto hace tiempo en él, sabía que necesitaba todo el tiempo del mundo para abordarlo, y no es para menos. Este libro es sabiduría en papel, un antes y un después para el que dice saber de libros, porque nunca sabrás de dónde venimos y hacia dónde vamos si no le prestamos la debida importancia a la lectura que nunca debimos desplazar de nuestras mentes cada vez más cercenadas por pantallas y prisas.

Creo que ya arrastro de por vida una buena columna de libros apilados en mi memoria. Llaves a otros mundos  que te abrazan con su prosa construida y te dosifican mensajes de luz y calma. Tratamos tan superfluamente la lectura, y a veces el acto de escribir, que a veces, solo a veces pierdo la esperanza hasta que aparece el siguiente faro de luz que te rescata de encallar sin remedio en la gris madeja del tiempo.

 “El infinito en un junco” es un ensayo. Sí, un ensayo. Sé que el lector medio no se ha enfrentado a un ensayo en su vida, porque mucha gente nos insinuó que la lectura es para entretenerse, todo lo que nos aporta un beneficio inmediato, y por tanto actúa de placebo, quizás pensando que con el tiempo llegarían obras importantes, clásicos y pesos pesados de la literatura. Pero eso algunas veces no llega si no has depositado tu confianza en alguien que te muestre las bondades de las letras, que te enseñe los recovecos del pensamiento que se filtra en cada frase. Este libro, para todo el que sea capaz de escuchar los susurros de una página de papel al pasarse, es un libro de alquimia. Desvela secretos, muestra verdades universales y es que Irene Vallejo muy probablemente sea un alma vieja, un faro de luz, así que localicen a esas personas, síganlas, háganle un hueco en vuestro entendimiento. Dejaréis de ir ciegos hacia adelante y sin consuelo.



martes, 4 de mayo de 2021

Algo que no se puede comprender

¿Qué por qué es tan importante leer?



En el marco de la pasada semana del libro he querido compartir esta reflexión que da pie al Club de Lectura virtual que llevo a cabo para la Red de Bibliotecas de San Roque y en el que hemos leído, rebatido, execrado y admirado letras de todo calibre.

El ánimo de este taller, de las reuniones, es el de compartir impresiones, tertulias, desviarnos del tema y volvernos a encontrar. Cada uno con sus preguntas y con su mochila.

El arte de la comprensión lectora va más allá de leer y decir de memoria lo que se ha leído, sino de confesar lo que sí y lo que no nos produce, lo que se mueve y lo que nos perturba. Por eso y no por otra cosa he elegido esas y no otras lecturas. Porque cada una nos ha llevado a un huequito apartado de nuestro entendimiento  para enseñarnos algo que igual se escondía a nuestros ojos o todo lo contrario y nos rondaba la cabeza como una idea recurrente.

Por supuesto no podríamos viajar hasta nuestra infancia si no aceptábamos que podíamos seguir a un conejo con reloj, o que si estas loco da igual hacia dónde vayas pues todos a tu alrededor también lo estarán ya se llame Alicia, Sombrerero o Reina de Corazones.

Por supuesto no entenderás la diferencia entre el orgullo y la vanidad si no te paseas por la prosa aguda y sarcástica de las páginas de Jane Austen y el contraste de la sociedad burguesa que describía en sus novelas. 

Puedes ver y opinar sobre arte, pero ¿Puedes cuestionarlo sin leer el retrato de Dorian Gray? Quizás puedas, pero quizás Óscar Wilde puede remover esas cuestiones en tu interior y darte una vuelta de tuerca, es muy posible. 

Igual que es posible que no te conmuevas al leer Madame Bovary que además de pasearte con una absoluta descripción realista por toda Normandía tratara de remover esa espiral de incorformismo que atrapó a Emma después de casarse y la arrastró toda la novela llevándola a un desenlace que roza tintes de un romanticismo tardío.

Es posible que un libro pase por nuestro organismo con un metabolismo más rápido que la pieza de fruta que comiste ayer o que se te quede toda una vida anclado en mitad del pecho. Puede que necesites que alguien te explique por qué Titania se enamoró de un burro o porque Horacio Oliveira amará para siempre a Lucía...

...porque no se puede comprender algo que no se ha leído. Igual que no podemos llegar a entender el mecanismo mágico que Cervantes le imprimió al Quijote hasta que no leemos y cuestionamos hasta su última palabra. Vale.


lunes, 8 de marzo de 2021

Dame alas para volar...

El cuaderno dorado, Ojos azules, El segundo sexo, Una habitación propia,... Tanto por leer, y tanto de mujeres que tanto nos tienen que decir que no hacerlo cuando eres consciente resulta casi paradójico. Pecamos de que la revolución se hace por fuera, que todo el mundo tiene que saber que luchamos por la defensa de unos derechos universales, que los hombres apoyamos esa lucha (y no solo apoyarla sino hacerla nuestra) y no nos llegamos a dar cuenta que hace ya tiempo que esa lucha empezó a ser interna.

Y las forma de ganar esa batalla interna es primero leyendo y segundo reflexionando. Si quieren que el pensamiento feminista y revolucionario se desarrolle no tenemos que remitirnos al ahora, Simone de Beauvior escribió el segundo sexo en 1949. Y no tenemos que remitirnos a Simone, pues las sociedades primitivas eran matriarcales y basadas en el culto a la naturaleza. Saquen conclusiones y para el que no llegue a comprenderlo háganle un favor y compren un libro escrito por una mujer ya sea Simone, Jane Austen, Doris Lessing, por poner algunos ejemplos demasiado claros, pero no caigamos en la autocomplacencia de que como no podemos manifestarnos no estamos ejerciendo nuestro derecho porque como en los momentos de gran dolor, para esto también la manifestación va por dentro.

No hagamos una revolución levantando el puño, hagamos una revolución abriendo un libro, regalando libros, leyendo palabras que deberían remover por dentro un sentimiento de batalla, que deberían calar en cada hombre para hacerlo comprender que es tan culpable de la situación, aunque la apruebe, si simplemente no se implica.

Si se leyeran más obras de mujeres sublimes se minimizarían las guerras, esas voces calladas que habitan en los libros nos pueden enseñar más en una tarde que una manifestación... No hay mayor manifestación que las palabras certeras de un libro atropellándote...

Os dejo este reflexivo fragmento de una de las escritoras que mejor ha representado con sus palabras la lucha por la igualdad de la mujer consiguiendo convertirse por mérito propio en un referente de la literatura universal:

"En realidad, si la mujer no hubiera existido más que en las obras escritas por los hombres, se la imaginaría uno como una persona importantísima; polifacética: heroica y mezquina, espléndida y sórdida, infinitamente hermosa y horrible a más no poder, tan grande como el hombre, más según algunos.
Pero ésta es la mujer de la literatura. En la realidad, como señala el profesor Trevelyan, la encerraban bajo llave, le pegaban y la zarandeaban por la habitación.
De todo esto emerge un ser muy extraño, mixto. En el terreno de la imaginación, tiene la mayor importancia; en la práctica, es totalmente insignificante. Reina en la poesía de punta a punta de libro; en la Historia casi no aparece. En la literatura domina la vida de reyes y conquistadores; de hecho, era la esclava de cualquier joven cuyos padres ponían a la fuerza un anillo en el dedo. Algunas de las palabras más inspiradas, de los pensamientos más profundos salen en la literatura de sus labios; en la vida real, sabía apenas leer, apenas escribir y era propiedad de su marido."
Una habitación propia, Virginia Woolf

Deberíamos gritar menos... Deberíamos leer más...



domingo, 14 de febrero de 2021

Entrando en la madriguera

 Un nuevo reto, un nuevo viaje al interior de la madriguera del conejo. Hace muy poquito empecé a hacerme cargo del club de lectura virtual de la biblioteca de San Roque. El primer libro para comenzar, un clásico, Alicia en el País de las maravillas. Y qué mejor forma de recordarlo de nuevo que viviéndolo en mi propia mente por lo que me lancé sin ninguna duda a juntar a una panda de locos, escritores todos con los que llevo algún tiempo coincidiendo en partidas narrativas on line, para proponerles la locura máxima de invitarlos a una merienda de locos.

La acogida a la propuesta fue tan abrumadora que junto a otros doce sujetos, conmigo hacemos la cifra de trece, hemos empezado a rememorar la merienda de locos en la que el Sombrerero, la liebre marcera y el Lirón, estaban castigados por un Tiempo indeterminado. ¿Cómo jugamos? Como si fuera una obrita de teatro o como si fuera una clase de escritura. Cada jugador es un personaje del mundo de Alicia, de los existentes, como el Gato de Chesire, el Caballero Blanco o la misma Alicia, o totalmente inventados como la flor Camelia, El hada de los Vientos o el Señor Teapot Stafford, sí, este último una tetera que habla en verso.

Con estos personajes se empezó una merienda donde el Sombrerero los recibía apesadumbrado y sin ganas de atenderlos si no fuera por la genial Cosinerra que se hizo cargo de que a nadie le faltara ni un té, un chocolate o un platillo de leche. Hasta que el Conejo Blanco, siempre con prisas, avisó de que tenían que hacer algo para despertar al Sombrerero, un enigma, una adivinanza, algo antes de la llegada de la Reina Roja que pintaba el valle de rojo con la salida de todas sus tropas.

Entramos en la segunda etapa de este viaje, con nuestros protagonistas jugando a construir una bola de nieve de palabras (un juego de escritura elaborado por el club de escritura potencial creado por los franceses R. Queneau y F. Le Lionnais) Donde ya se empieza a ver el nivel de interpretación y al mismo tiempo de escritura de todos los jugadores, porque precisamente cuando somos capaces de matizar perfectamente todo lo que queremos explicar, y lo pasamos por el tamiz de la inteligencia, entonces y solo entonces seremos capaces con la misma escritura de interpretar y expresar los estados de ánimo que indiferentemente del de su usuario, tiene nuestro personaje.

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Primero fue la inteligencia creadora, el chispazo primigenio para crear el alfabeto, a partir de ahí llegaron las canciones y con ellas las partituras, y de ahí el teatro y cualquier otra representación artística. Pero en la cúspide de la pirámide la palabra y sólo a través del dominio de ella se puede hablar de la evolución de una civilización. 

¿Que me deparará este viaje a Wonderland? Estoy deseando completarlo, y vivirlo en compañía para contarlo, como se disfrutan las mejores cosas...