jueves, 9 de abril de 2020

De boca en boca

Capítulo 1.


Existen muchas historias que acaban con un beso, pero hasta donde os puedo contar esta historia arranca con un inocente beso de una tarde de mayo. Un beso. Desde que empezó hasta que terminó no tendríamos tiempo, ni conocimientos, para saber su recorrido pero podemos suponer que ese beso sigue vagando a través del tiempo y va madurando, probando, moldeándose de boca en boca. 

En estos tiempos en los que los besos asustan, el miedo se ceba con nosotros, desde cada ventana nacen besos prisioneros que se escapan como palabras y que van a caer en los oídos de otros.

Y es así como el joven beso empieza su ciclo, nacido casi de un rosa etéreo hasta ir cogiendo cuerpo en otros labios más rojos, más maduros, es entonces cuando nuestro beso toma consciencia de lo mucho que valió la pena darlo, desde el primero hasta el último. Y aunque muchos hermanos, besos de todas clases, vinieran detrás solo uno fue el primero. Solo un primero de cada boca. Así que nos cabe pensar donde iría a parar este primer beso, este en concreto, abriendo el camino al suspiro, a la reflexión de hasta donde habrá ido a parar nuestra primera demostración de amor, o si aún está en alguna boca esperando el siguiente asalto…



miércoles, 1 de abril de 2020

Homo domum


Hoy he salido a la calle, he mirado a mi alrededor y he pensado ¿Qué pasaría si... los soldados dejaran las instrucciones y las armas y limpiaran las calles?... ¿Y si el dinero destinado a la iglesia lo dedicáramos a la investigación? ¿Y si todo el que quisiera rezar montara su altar en casa y las iglesias fueran centros sociales? ¿Y si montamos al fin una sociedad real del conocimiento? ¿Y si empezáramos a poner por las mañanas en la televisión la 2 y menos la 5? ¿Y si los padres de ver la tele educativa con los niños reaprendieran lo que les enseñaron en el colegio? ¿Y si creáramos en el silencio de nuestros hogares? ¿Y si respetáramos las colas? ¿Y si habláramos con el compañeros de fila del último libro que estás leyendo? ¿Y si apagáramos las pantallas y abriéramos los libros? ¿Y si nos dejáramos invadir por el calor de las palabras? ¿Y si trabajáramos todos juntos? ¿Por causas justas? ¿Sin ponernos palos innecesarios en las ruedas?¿Y si los aplausos de ahora se convirtieran en las luchas de mañana? ¿Y si cambiamos los partidos de fútbol por conciertos en los balcones? ¿Y si los hábitos saludables que cada uno decida seguir se volvieran norma? ¿Y si siguiéramos bailando en nuestros salones? ¿Y si pintáramos murales en nuestras paredes? ¿Y si compráramos más productos locales? ¿Y si hiciéramos más pan, dulces y tartas en casa? ¿Y si empezáramos a decir de una vez a quién echamos de menos?

De aquellos barros estos lodos. A estas tantas preguntas aquellas tantas respuestas...