Hoy no hay consuelo ni en palabras de Whitman,
ni Weir, ni Williams... en la tacita también tenemos un poeta, un capitán, un
peregrino, una eminencia. El carnaval se queda huérfano y medio, los
ladrillitos del falla no lucen hoy tan rojitos y la luna ni se enteró de que
llegó la oscura noche del alma.
Ya se
marcha el veneno de las fiestas a la tumba de los tiempos y deja la calle
desierta, el corazón templado, el futuro incierto. Como en sus manos la mafia
nunca fue tan justa, los pobres tan ricos, y los del sur tan del sur.
Me han
dicho que la locura es el peor de los males que te condena a arrastrar cadenas y el que no arrastra cadenas
no cree en el cielo inmenso de los pobres, no ama la calle y no peregrina hasta
el corazón de su pueblo para terminar siendo inmortal como él lo es dentro de un
pasodoble interminable.
Dicen
que pueblo que canta espanta sus males… así que sigamos cantando, y sobre todo
sigamos afilando la pluma porque se fue un estandarte de la palabra, de la ironía
y de pasárselo todo por la torre de preferencia.
Si
caminito del falla el corazón te palpita, la puerta estaba cerrada y tú que
estás ahí mirándome tal si yo fuera un loco cantando al templo de momo deberías
saber qué el mundo se divide en dos, los que sacrifican la palabra libertaria
porque piensa que la murga que se calla y no dice lo que siente sienta bien a
los poderes y hay quien hace suyos los últimos versos del capitán veneno.
Ya solo
decir de corazón que si alguien aquí se molesto… pues que le den por culo…
yesterday ¡yeah es mi ley, come on baby con los yesterday!