martes, 21 de enero de 2020

Sueños mistéricos


Anoche me desperté sobresaltado. Lo más extraño de todo es que recordaba lo que había estado soñando, cosa que no me suele pasar, pero que cuando pasa suele ser bastante dadaísta a la par que apocalíptico. En este caso no iba a ser menos. Me encontraba dando vueltas en un lugar indeterminado rodeado de gente indeterminada, y por más que intentaba comunicarme me resultaba imposible hacerlo, no lograba hacerme entender y la gente sin rostro me miraba con la cara que se mira a un loco al que tienen miedo.

Así que pronto las calles se vaciaron y yo intentaba guarecerme en un zaguán. Antes de eso una mano vino a salvarme y me llevó con ella. Me puse a toser y sentí dolor en el pecho. Ella puso su mano sobre él y me alivió… los ojos se me agrandaron, el pecho se me infló y yo intenté decirle que la quería…pero ella no lo entendió, y no contestó, y se fue… mientras la veía marcharse una lágrima recorrió la distancia del ojo a los labios y se quedó allí salando mi boca.

Deambulé entre varias calles y al final me encontré de frente con el mar. Había en la playa un sombrero descomunal que hacía las veces de barquilla. Y me eché a la mar con algo parecido a la ilusión y también mucho miedo. En cuanto me alejé de la costa mi estómago empezó a jugarme una mala pasada y empecé a vomitar un torrente de letras sin poder parar, sin contención, sin remedio.

Me temblaba todo el cuerpo y estaba sin ropa, mientras una lluvia fina me calaba hasta los huesos. Aún no he hecho interpretaciones, aunque voy a buscar respuestas a este sueño a ver dónde me lleva…

Nunca dejará de sorprenderme ese medio enigmático y traicionero que habita en los reinos de Morfeo y del que salen muchas verdades sumergidas que merece la pena poner sobre la mesa para evolucionar.



lunes, 13 de enero de 2020

Con las ganas

Perdona si no supe bien quererte
pues lo hice a mi manera
y aunque todo fue sincero
las estrellas se rindieron

Y es que no supe ver a tiempo
que hay fronteras señaladas
las mariposas volaban
a buscar el cielo abierto

no supimos sentir
lo que pudo venir
y buscamos en una caja
que no podías abrir

Busco musas en ti
matas miedos en mí
y jugamos a entendernos
sin un lenguaje afín

Mis palabras no colmaron tu destino
ni tus besos mis demandas
y dejé correr la tinta
ensuciando las aceras

Ahora llega otra vez la noche
abrigándonos el alma
y en tus manos quedan restos
de esta última cizaña

No supimos sentir
lo que pudo venir
y buscamos en una caja
que no podías abrir

Busco musas en ti
matas miedos en mí
y jugamos a entendernos
sin un lenguaje afín

Ya no recuerdo lo que te dije
aunque hablara todo el tiempo
y tus frases fueron hielo
dolorosos los silencios

Al llegar busqué entre mis manos
con las palabras ya nubladas
ya no sé si estoy vacío
o aún me queda algo de alma

no supimos sentir
lo que pudo venir
y buscamos en una caja
que no podías abrir

Busco musas en tí
matas miedos en mí
y jugamos a entendernos
sin un lenguaje afín

Ahora llega otra vez la noche
abrigándonos el alma
y en tus manos quedan restos
de mi última llamada

Pienso que mi amor no has comprendido
y se quedó en algún lugar perdido
donde tus dedos no quisieron
rebuscar para traerlo

Ahora llega otra vez la noche
abrigándonos el alma…


martes, 7 de enero de 2020

Con otros ojos


El primero, y principal, propósito de este año presumiblemente mágico no es más que seguir buscando retos y metas que me hagan genuinamente feliz. Pero no esa felicidad happy hour, ni mister wonderful ni el ansia de ir sumando ítems a una checklist mogollónica. Todo es mucho más sencillo y por ello más difícil. Para empezar pretendo que las metas sean el camino, que las cosas avancen por un sendero de estrellas y si al final llegan a su puerto que sea el resultado de haber bailado la dulce danza de la victoria durante todo el trayecto. Se acabó predicar en el desierto, las torres de marfil y los cuentos de terror con promesas de final feliz. El tormento es una copa llena de veneno que derrama malestar de estómago y no paga facturas.

Afortunadamente las cosas sencillas, bonitas y prácticas han venido a darme una lección recién empezado el año que, por otro lado, acabó atropellándome por dentro y por fuera como una apisonadora. Anoche fue la noche de reyes. Ya como Cartero Real pude ver pasar la ilusión por ojos de los niños que venían, me contaban con ilusión, vergüenza, miedo.

Pero cuando de verdad he podido sentir la verdadera ilusión ha sido fuera de los cauces normales por los que transcurre la burocracia de la vida. Este año la ilusión apareció como de sorpresa en ojos que miran al cielo con inocencia, en ojos que se reflejan en el agua preparada en cuencos para los camellos, en ojos que dicen más que las palabras que escribe, en una ristra de cuentos que no se acaban por no irse a dormir la noche más larga del año. Toda esa ilusión, que ya parece que no cabe en el corazón de un adulto, me ha contagiado, me ha despertado el deseo de esperar lo mejor de este año mágico, de preparar las manos para abrazar un año que va a ser para retener en la memoria. De pedir a los reyes tres regalos y que uno de ellos seas tú.