sábado, 14 de marzo de 2020

Diario de una debacle


Entiéndase antes de seguir que hablo desde un punto de vista relativo y por supuesto respetuoso, de las condiciones planteadas por esta crisis sanitaria y por supuesto de valores, un tema que me fascina por lo escabroso y polémico que parece cuando lo sale a la luz.

No es lo mismo estar confinado en Madrid que en Cádiz, En china que en Italia, en un piso de treinta metros cuadrados que en una casa con jardín, solo que acompañado, conviviendo con personas de riesgo que sin ellas, con pareja que sin ella. Todo, absolutamente todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes relativos y por ello predisponen a actuar de una forma o de otra.

Por ello, y dado que vemos las redes colapsadas de propuestas musicales, visuales y colaborativas yo quiero hacer una invitación a la reflexión, a parar, respirar, mirar hacia dentro y hacernos esas preguntas que el día a día no nos deja o no queremos hacernos… y soy consciente que hay gente que me dirá que no está preparada para hacerlo porque lo he recibido como respuesta en más de una ocasión. Pero a fin de cuentas nadie está obligada a leer y si así lo hiciera sabe que suelo estar disponible para hablar, para debatir y construir sobre las fracturas que producen estas cuestiones.

¿Realmente esta pausa no te ayuda? ¿Cuándo has empezado a tomarte esto realmente en serio? ¿Has pasado de la risa al llanto? ¿Eras consciente hace dos semana de que esto que estás haciendo se estaba haciendo en China? ¿Piensas como sería esto si viviéramos en guerra? ¿Tienes a tu alrededor todo lo que necesitas? ¿Crees que tienes más de lo que necesitas? ¿Tienes cerca a los que necesitas? ¿Echas de menos a alguien? ¿Consideras que es ahora cuando los echas de menos y no la semana pasada? ¿Cómo de lejos están los que necesitas? ¿Es por una cuestión tuya o suya? ¿Cuánto crees que puedes aguantar así? ¿Ahora que no puedes hacer tu actividad diaria la echas de menos? ¿Crees que tienes mejores cosas que hacer ahora para pasar estos días? ¿Qué ocurre para que no te dediques a ellas? ¿Crees que no tienes nada mejor que hacer? ¿Te sientes desbordado por todo lo que te invade por las redes? ¿Crees que sabes todo cuanto puedes saber sobre el comienzo de esta crisis, los desencadenantes, la forma de contagio y como actúa el virus?

Cuando esto salto en China el panorama era poco menos que una gran carcajada internacional, no exenta de algunos paranoicos que blasfemaban sobre teorías conspiranoicas, de que si los americanos, que si los franceses. Pero lo cierto es que lo que llegaba y lo que pasaba allí no era del todo cierto, ni se explicaba bien, ni parecía de importancia. Pero la ola estalló y salpicó a todos, y en cuanto han aparecido síntomas en Milán, París, Madrid hemos pensado, espera, que esto puede ser verdad, pero ahh, es una gripe, me lo puedo permitir, o bueno eso está pasando en Madrid pero aquí no llegará… es ahí donde se pone en duda el civismo social: gente que arrasa con el material de los supermercados, gente que huye de zonas de contagio, gente que se evita las colas de los conciertos o los transportes pero sigue haciendo colas en las puertas de los supermercados, gente que contraviene indicaciones sanitarias, gente que culpa a sus paisanos, gente que culpa a los extranjeros, gente que culpa a sus vecinos, y al final el resultado de todo eso es una ola de paranoia, de violencia y de desconfianza hacia el vecino, hacia la sociedad y provoca una ola de malestar, de vacío en la mirada, de un frío cetrino en el corazón.

Invito a abrir los ojos, a relativizar, a no caer en un estado de alarma constante, a vencer el miedo y la crispación, a cambiar hábitos, pautas, y mantener los que consideres/reflexiones que son auténticos tuyos y de una verdadera necesidad, a que leas por favor lee, y valora lo que lees, busca las fuentes, investiga y aprende… y considera que lo que haces es importante fuera, y ahora dentro de tu casa y si no busca la verdad, coge fuerzas y cuando salgamos de esto lucha por ella.

Yo sigo luchando por mis sueños.



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