Una vez más mirando al reloj, contando los segundos para ver
caer sobre la mesa el resultado de los finalistas del Mayor Espectáculo del
Mundo. Con todo escuchado, amén de algún grupillo de preliminares que no me dio
tiempo, ni ganas, de revisar veo un nuevo año la caldera a punto de explotar.
Voy a mojarme antes de que caigan los puñales relegando a
los siempre felices gaditanos a la otra vida, la calle. Empiezan los
carnavales, empieza la celebración pagana que se remonta a Sumeria y los
antiguos ritos egipcios al toro Apis y de allí fue a antiguos ritos asiciados
al dios Baco y al vino, con Momo como una divinidad invitada a la fiesta como
la personificación de la burla, la sátira y la agudeza irónica, hijo de Hypnos,
el Sueño, y Nix, la Noche.
Fiesta de máscaras y disfraces donde se permiten los pecados
de la carne, se permite la libertad de expresión y la exaltación del humor. No
atravieses estas puertas si no te sientes preparado para romper con la hipócrita
verdad, derrumbemos los muros y hagamos pasar el hilo de nuestra vida en el ojo
de la aguja.
Queda una agrupación, así lo avisan por megáfonos y yo voy a
hacer mi pronóstico. Mi derecho a expresarme, la lista de reyes para todo aquel
que quiera conocer lo que se lleva de mi vida cada febrero. En primer lugar
empiezo mi camino citando a quien considero la pluma más fina del carnaval,
Juan Carlos Aragón, filósofo y poeta, y si yo ya fuera un firme seguidor de sus
letras, este año los vivo de peregrino a peregrino y les deseo lo más grande
del concurso. Parafraseo al poeta “Por el
mundo voy caminando, como un peregrino llevo toda la vida, siempre por el
margen y pisando los charcos, buscando la verdad por direcciones prohibidas”
Y si tengo que elegir el resto de compañeros que tienen que
acompañarlos a la final a riesgo de que me explote la cabeza me llevaría a La
azotea, me montaría a una cuerda sobre un abismo de grupos y elegiría a Los
equilibristas para no caerme al vacío. Y si tengo que mojarme, solo si tengo
que mojarme pagaría dos óbolos al barquero y me montaría en La Eternidad de
Caronte porque si no llamaría al Ángel de Cádiz para que me diera su protección.
Las chirigotas las desvisto de seriedad y me lo tomo menos
en serio, Solo me llevo a los que me hacen reír de verdad y no los que hacen
sus gracias como si tuvieras que reírte. Su sino es ser auténticos y sorprendentes. En
esta categoría, ya que no está el Cabra que me hace reír en cuanto sale al
escenario, doy mi bendición a El Selu, porque año tras año demuestran que domina
como nadie el arte del personaje gaditano con su muestrario de esos que te vas
a encontrar por cualquier calle de Cádiz un día cualquiera. Vivan mi suegra como ya dije.
Me han sorprendido este año sin embargo el irreverente
entierro que le hacen a Manué en la chirigota No te vayas todavía que ya no saben qué hacer para mantener fresco
al fiambre. Sólo por el pasodoble que le dedican a la única componente femenina
de su grupo y animando a las mujeres a participar más en el carnaval. Y si de
cuplés hablamos el que le pidieron al jurado que se dieran prisa en decirles si
pasaban o no a la final porque Martínez Ares les esperaba con la barca en doble
fila (chiste interno entre agrupaciones que le da el auténtico sabor a espontaneidad al carnaval). Las otras dos plazas, sin pensármelas
mucho se las daba a los del planeta rojo, pero rojo, rojo porque también dan la
talla menos la de picha, de picha no…pero tienen dos!! Y pa religión la mía que
me parecen que animan bastante y vienen con tradición antigua e ideas nuevas.
Los coros nunca fueron mi fuerte porque me dan sueño, eso es
así. Pero me flipan los trajes. Este año he procurado no dormirme viéndolos y
lo he conseguido parcialmente así que voto para la final a los que no lo han
hecho que han sido Mi gaditana, la reina de la noche, el mayor espectáculo del
mundo que me ha gustado especialmente y si tuviera que mojarme metía a julio
Pardo pero es que creo que no he llegado a escucharlo entero ningún año, así
que me quedo con el vapor del sur que tenían una bonita musicalidad a
Mississippi.
Y los cuartetos no los dejo los últimos porque crea que
deban estar los últimos, al contrario, porque quiero reivindicar que deberían no solo
sobrevivir con dos plazas en la final, sino que deberían reinventarse, debería
aflorar en una nueva primavera y volvieran a ser un género fuerte en los
carnavales porque al final es el más teatral de todos los géneros. Reconozco
que siempre digo que desde windous 95 no he visto un cuarteto igual. Y mucha
gente más lo dice, así que igual allí está la evolución natural del cuarteto. No
obstante me reí bastante con los dos cuartetos que han pasado a semifinales así
que yo me los llevaba a los dos a la final pero decir que me quedo con el
personaje de la niña gótica de lo que el viento se llevó (odio elegir).
Así que espero que el jurado sea clarividente y monte la
final que a mí me gustaría ver. Y el que no esté de acuerdo con mi opinión, te
joes que estamo en carnavá.
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